
"Si hablas a un hombre en un lenguaje que entienda, eso va a su cabeza. Pero si hablas su mismo lenguaje, eso va a su corazón" —Nelson Mandela
Ser un buen comunicador es una cualidad que te hará distinguirte del resto. La capacidad de expresar ideas de manera clara y convincente es una habilidad que poseen los mejores líderes, aquellos capaces de producir cambios, abanderar causas o cambiar el destino de empresas al borde del abismo. Las siguientes 10 reglas para una comunicación eficaz fueron desarrolladas por el Dr. Frank Luntz, quien ha sido asesor de comunicación de distinguidos políticos, especialmente del Partido Republicano norteamericano, como también de un gran grupo de empresas sobresalientes (Coca Cola, GE, McDonald’s, Pepsi y un largo etcétera).

Simplicidad. Siempre debemos escoger las palabras más simples para comunicarnos, las más conocidas. Entre más raras y rebuscadas las palabras, menos personas entenderán tu mensaje.
Brevedad. Nunca uses cuatro palabras si lo puede escribir en tres, se tan breve como sea posible. Hoy capturar y conservar la atención de las personas es muy difícil, así que entre menos palabras uses para transmitir su mensaje mejor.
Credibilidad. Las personas tienen que creer antes de comprar. Si tu mensaje no es sincero, o contradice hechos, percepciones o circunstancias aceptadas como verdaderas, carecerá de impacto. Siempre resulta muy tentador promocionarse como el mejor servicio, la mejor calidad, el más barato… pero si esto no es cierto, tu credibilidad se verá afectada de forma negativa.
Consistencia. Para que un mensaje sea interiorizado debe ser repetido muchas veces. El líder que quiera producir un verdadero cambio debe escoger unos pocos temas y permanecer con ellos, escuchar algo repetidamente es la forma como el mensaje se graba dentro de la mente de las personas.
Novedad. Nos aburrimos con facilidad, por eso siempre estamos a la caza de la próxima gran cosa: la nueva mejor dieta, el nuevo gadget, la última aplicación… Sorprender con datos o estadísticas desconocidos hacen que un mensaje sea mucho más recordado. Si las personas dicen ‘eso no lo sabía’, has triunfado.
El sonido y la textura importan. Los grupos de palabras que empiezan o terminan con las mismas letras tienen una mayor recordación, también se recuerda con más facilidad un mensaje que tiene rima. “Intel Inside”, “Rexona no te abandona” y “Un poco de pasta basta” son ejemplos de eslóganes muy exitosos que siguieron esta regla.
Transmite aspiraciones. Aspiramos a un futuro mejor, queremos tener la ilusión que mañana seremos más inteligentes, más saludables, más atractivos… Un mensaje positivo, lleno de esperanza, resulta más seductor que uno negativo y pesimista.
Visualización. Usa palabras para crear imágenes. M&M, “se derriten en su boca, no en sus manos”; Heineken, “piensa en verde”; Turrones el Almendro, “vuelve a casa por navidad”, de los anteriores (y muy recordados) mensajes resulta fácil crear una imagen mental.
Formule preguntas. ¿Te gusta conducir? (BMW), ¿A que no te puedes comer solo una? (Sabritas), Nespresso… What else? Una afirmación hecha en forma de pregunta retórica puede tener un mayor impacto que la afirmación sola.
Contexto. Esta es la última y más importante de todas. Las personas deben primero entender porque tu mensaje es importante antes de adoptarlo. Para una campaña política, para un nuevo producto, o una iniciativa de cambio dentro de la empresa, las personas deben entender primero el ‘porqué’.
La comunicación es parte arte y parte ciencia, para causar impacto no es necesario que siempre incorpores las 10 reglas, pero cuantas más sigas, afirma el Dr. Luntz, más poderoso será tu mensaje. El poder trae consigo responsabilidad. Ahora que tienes el poder de influir con tu mensaje, úsalo con responsabilidad. Que no me entere que andas abusando, eh.