
Turquía inauguró el martes el túnel submarino más profundo del mundo, que conecta Asia con Europa bajo el estrecho del Bósforo.
El túnel “Eurasia”, construido a 106 metros de profundidad en el fondo marino, consta de dos pisos y de 14 kilómetros de largo y fue construido para aliviar la presión del tráfico de Estambul pues permitirá el cruce de 100,000 vehículos diarios.
El gobierno anunció que también proporcionará servicios de datos móviles 4.5G ininterrumpidos bajo el mar gracias a 16 transmisores de radio.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que durante el primer año el peaje para cruzar el puente será de 15 liras (cerca de 4 euros) y que el dinero recaudado se destinará a las familias de los que murieron en ataques terroristas y en la noche de la intentona golpista del 15 de julio pasado.
Erdogan y el primer ministro, Binali Yildirim, subrayaron durante sus discursos en la ceremonia de inauguración que los ataques terroristas no impedirán a Turquía realizar grandes proyectos.
Yildirim anunció que el nuevo aeropuerto de Estambul, que será el más grande del mundo, se abrirá el 28 de febrero del 2018.
Este 29 de octubre es una fiesta importante en Turquía. Se conmemora el 90 aniversario de la constitución de la República de aquel país. Desde hoy, el 29 de octubre tiene otro significado añadido. Se inaugura el primer enlace submarino ferroviario del mundo entre dos continentes. El túnel conecta Asia y Europa y permite al primer ministro Tayyip Erdogan concluir un proyecto ideado por los sultanes otomanos hace más de un siglo.

El túnel submarino tiene una extensión de 13,6 kilómetros y cruza el estrecho del Bósforo con una parte sumergida (1,4 km, con una profundidad máxima de 62 metros). El llamado proyecto Marmaray (en el que participan empresas japonesas, turcas y la española OHL, con un contrato de 932,8 millones) servirá para trasladar a 75.000 pasajeros cada hora por trayecto, en la ciudad más poblada de Europa, con cerca de quince millones de habitantes. «El proyecto Marmaray une los continentes de la histórica Ruta de la Seda», aseguró el ministro de Transporte, Binali Yildirim, antes de la apertura, que coincide con el 90 aniversario de la fundación de la moderna República de Turquía.
El túnel es uno de los «mega proyectos» de Erdogan para cambiar la cara de Turquía. Entre ellos, un canal de 50 km para rivalizar con el de Suez, una isla, un aeropuerto, una mezquita gigante encima de una colina de Estambul y un tercer puente sobre el Bósforo, ya en marcha

Se suponía que la construcción del túnel sumergido para trenes más profundo del mundo (hasta 62 metros) terminaría en 2009. Sin embargo, el hallazgo de restos arqueológicos han retrasado el proyecto casi cuatro años. También han influido las críticas por los riesgos de terremotos en la zona. Estambul se encuentra muy cerca de la peligrosa falla del Norte de Anatolia. Los autores del proyecto aseguran no obstante que toda la obra se ha diseñado para resistir movimientos de alta intensidad.
Erdogan ha dicho de Marmaray que es el proyecto del siglo, porque «cumple un viejo sueño de nuestros antepasados». Los planes para un túnel ferroviario bajo el Bósforo se remontan a 1860, en época del sultán Abdülmecid I. Entonces ya se diseñó un proyecto que, como se sabe, nunca se ejecutó.
En realidad, el primer estudio serio de viabilidad no se realizó hasta 1987. El túnel que ahora se inaugura, cuyas obras arrancaron en 2004, podría reducir el tráfico en un 20 por ciento en Estambul, uno de los más congestionados del mundo. El coste total del proyecto se evalúa en 3.000 millones de euros.
El Eurótunel, en el Canal de La Mancha, tiene una profundidad media de 40 metros.
[Esta semana ha llegado el primer avión de pasajeros al que está llamado a ser el aeropuerto más grande del mundo]